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El Consejo de la Federación de Rusia recordó que Moscú advertía a la ONU, ya en octubre de 2022, de la posibilidad de que Ucrania atacara la represa.
El Consejo de la Federación de Rusia (Cámara Alta del Parlamento) se dirigió este jueves a los Parlamentos del mundo en una carta en la que denunció “el atentado terrorista” de Ucrania contra la central hidroeléctrica de Kajovka, en la provincia rusa de Jersón.
Desde el organismo señalaron que la destrucción parcial de la represa de la hidroeléctrica, causada por el ataque de Kiev según Moscú, desembocó en una “catástrofe ecológica a gran escala” que inundó decenas de localidades y tierras agrícolas en la provincia de Jersón, al tiempo que causó daños al ecosistema en la desembocadura del río Dniéper y dificultó el suministro de agua a la península de Crimea.
En esta línea, el Consejo de la Federación recordó que Moscú le advertía, ya en octubre de 2022, al secretario general de la ONU, António Guterres, de la posibilidad de que Kiev atacara la instalación de infraestructura hídrica. “Los planes para cometer el acto terrorista quedan demostrados por los repetidos bombardeosde la central hidroeléctrica de Kajovka por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania en 2022, así como por la apertura de las compuertas de la central hidroeléctrica de Dniepropetrovsk, que elevaron el nivel de agua en el embalse de Kajovka hasta un nivel crítico“, indicó el órgano.
Paralelamente, desde la Cámara Alta denunciaron la campaña de desinformación en medios occidentales que busca responsabilizar a Rusia por lo ocurrido. En este contexto, aseveraron que los que difunden esta versión “harán todo lo posible para ocultar la verdad sobre los culpables” de la destrucción de la presa.
Además, el órgano legislativo señaló que “toda la responsabilidad” por el ataque recae no solo sobre Ucrania, sino “sobre los Estados del Occidente colectivo que la encubren, por lo que se convierten en cómplices de todas las acciones ilegales” que esta realiza.
La institución cerró su mensaje con un llamado a los Parlamentos de otras naciones a “realizar una evaluación del último crimen del régimen ucraniano y centrar sus esfuerzos en la prevención de nuevos actosde terrorismo internacional”.
El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó el ataque como una “acción bárbara” y “una apuesta peligrosa en la escalada de las hostilidades”. Acusó a Kiev de cometer “crímenes de guerra“, utilizar “abiertamente métodos terroristas” y organizar “sabotajes en territorio ruso”.