PUERTO PRÍNCIPE. – La ya crítica situación humanitaria de Haití enfrenta un nuevo revés tras la decisión de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos de extender, hasta al menos el 8 de septiembre, la prohibición de todos los vuelos comerciales entre ese país y el aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe.

La medida, originalmente decretada en noviembre de 2024 tras un violento ataque a una aeronave, priva al país caribeño de una de sus pocas conexiones aéreas internacionales seguras, dificultando aún más la entrada de ayuda esencial y la salida de personal diplomático y cooperantes en medio de una crisis de seguridad que ya controla el 90% de la capital.

Un cordón aéreo vital, cortado

La extensión de la prohibición, basada en evaluaciones de seguridad que califican el espacio aéreo como de alto riesgo, convierte al Toussaint Louverture en una terminal fantasma para las principales aerolíneas estadounidenses. El golpe no es solo logístico, sino también simbólico, aislando aún más a una nación sumida en la violencia de bandas armadas que operan con impunidad en los alrededores del propio aeropuerto.

El incidente detonante, el ataque con fuego real contra un avión de Spirit Airlines durante su aterrizaje –que resultó en una azafata herida y un aterrizaje de emergencia en República Dominicana–, expuso una vulnerabilidad extrema. Investigaciones posteriores revelaron daños por impactos de bala en aviones de JetBlue y American Airlines, confirmando que el ataque no fue un hecho aislado.

Impacto más allá de la pista de aterrizaje

Organizaciones no gubernamentales (ONGs) que trabajan en el terreno han expresado su profunda preocupación. «Esta medida, aunque entendible por razones de seguridad, actúa como un tapón para la ayuda crítica», declaró una fuente de una ONG internacional que pidió anonymity por temor a represalias. «Medicamentos, suministros médicos y personal especializado enfrentan ahora obstáculos enormes, dependiendo de rutas terrestres desde la República Dominicana que también son inseguras y burocráticamente complejas».

La prohibición también afecta a los haitianos que buscan escapar de la violencia o reunirse con familiares en el exterior, limitando sus opciones a un puñado de vuelos de otras nacionalidades que aún operan de forma esporádica y bajo estrictas medidas de seguridad, often a precios prohibitivos.

La extensión del veto aéreo estadounidense subraya la falta de soluciones efectivas a la crisis de seguridad haitiana y posiciona el colapso de la infraestructura crítica del país como un problema de stability regional, con repercusiones directas para sus vecinos y la comunidad internacional.

fuente/PL

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