
El presidente estadounidense, Donald Trump, tiene previsto reunirse este miércoles en Riad con su homólogo sirio antes de partir hacia Catar, en la segunda etapa de su primera gira por Oriente Medio en este mandato.
En la víspera, en una jornada de marcado tono económico, el dirigente republicano anunció por sorpresa el levantamiento de las sanciones estadounidenses impuestas a Siria.
Y en un gesto de cortesía, la Casa Blanca dijo que Trump «aceptó saludar» al presidente interino sirio, Ahmed al Sharaa, el líder islamista de la coalición rebelde que derrocó en diciembre al régimen de Bashar al Asad.
«Ordenaré el cese de las sanciones contra Siria para darles una oportunidad de grandeza», afirmó Trump entre aplausos en un discurso en Riad.
El gobierno sirio lo acogió como un «punto de inflexión fundamental» para el país, destrozado por 14 años de una guerra civil que ha dejado medio millón de muertos y millones de desplazados.
El encuentro fue recibido con reticencia por Israel, aliado clave de Estados Unidos. El Estado hebreo bombardea regularmente territorio sirio, como ya hacía bajo el régimen de Asad, y recela de las nuevas autoridades islamistas de Damasco que buscan reconstruir el país.
El presidente estadounidense también se reunirá en Riad con los dirigentes de los países del Golfo. En su primera jornada en la capital saudita, Trump apoyó los regímenes de la región y fustigó las estrategias diplomáticas occidentales basadas en la promoción de la democracia.
Países como Arabia, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Omán están en plena transformación económica, lo que abre oportunidades de negocio a las empresas estadounidenses, y también han alcanzado un peso diplomático que va más allá de la región del Golfo.
– Diplomacia y negocios –
En la mesa habrá varias carpetas abiertas, desde Siria a las negociaciones entre Estados Unidos e Irán por el programa nuclear de Teherán, la guerra en la Franja de Gaza o las actividades de los rebeldes hutíes de Yemen.
Pero Trump, con una concepción transaccional de la diplomacia, acudió sobre todo a la región para firmar grandes acuerdos económicos.
En la primera jornada de la gira, el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán prometió inversiones de hasta 600.000 millones de dólares en Estados Unidos, en importantes contratos de armamento o proyectos vinculados a la inteligencia artificial y la energía.
Sin embargo, la siguiente etapa de la gira, Catar, puede convertirse en un escándalo para Trump.
El motivo es un Boeing 747-8 ofrecido a Trump por la familia real catarí para reemplazar al menos provisionalmente su avión oficial y para usarlo después de su mandato. El presidente dijo que era solo un «regalo temporal».
Pero la oposición demócrata en Estados Unidos le reprocha haber aceptado «el mayor soborno extranjero de la historia reciente» y pretende retrasar algunos nombramientos presidenciales en el Senado.
Más allá de las sospechas de corrupción que levanta el regalo, la oferta catarí suscita preguntas sobre la seguridad del aparato que transportará al presidente de la primera economía mundial.
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© Agence France-Presse





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